AL PAN, PAN… y AL VINO, VINO

Al Pan Pan y Al Vino Vino

Hay ciertas personas, generalmente ministros, que conocen muy bien la Palabra de Dios, pero la predican y la enseñan a su conveniencia. Enseñan un lado de la moneda, pero ocultan el otro. Enseñan que la Palabra dice que no se juzgue, pero no enseñan donde dice que hay que juzgar, por ejemplo:

San Juan 7:24: “No juzguéis según las apariencias sino juzgad con justo juicio.”

1 Corintios 5:3: “Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.”
No continuaré señalando todas las citas donde te dicen que sí debes juzgar, porque no lo creo necesario. En la página internet del “Ministerio Liberando al Cautivo”, hay un estudio titulado: “Juzgar o no Juzgar”, en el cual se explica todo sobre este tema. A lo que se refiere cuando dice que no juzguéis, es a criticar, o a difamar a alguien sin razón.

Lo que yo creo que ocurre verdaderamente con este asunto y con otros similares, es que muchos ministros se curan en salud, es decir, que se ponen el parche antes que le salga el grano. Esto significa que no quieren que si alguien sabe algo de ellos, no se atreva a decir nada.

Otro asunto que en cierto sentido se relaciona con lo anterior, es sobre cómo responder a situaciones que te retan. Los ministros te aconsejan que siempre debes mantener un carácter dulce, amable y apacible. Te recuerdan que si te dan en una mejilla, pongas la otra. Hay muchos ejemplos en la biblia, donde no veo que esto siempre sea así.

Durante el ministerio de Juan el Bautista, Jerusalén, toda Judea y todas las provincias de alrededor del Jordán, salían a él, y eran bautizadas. Aunque les bautizaba, antes les señalaba sus maldades.

San Mateo 3:7: “Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?”

De hecho, Juan fue decapitado por Herodes el Tetrarca, porque Juan lo acusaba diciéndole: “No te es lícito tenerla.” Aquí se refería a Herodías, mujer de Felipe, el hermano de Herodes.

Nuestro Señor Jesucristo siempre se mantuvo firme en sus convicciones. Cuando era necesario expresarse en cuanto a situaciones difíciles, nunca se mostró débil. Aún en el caso de diferencias entre cristianos, la Palabra nos dice cuál debe ser el procedimiento de la disciplina en la iglesia.

San Mateo 18:15-17: “Por tanto, si tu hermano peca contra ti, ve y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano. Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos conste toda palabra. Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.”

Nuestro Señor llamó las cosas por su nombre, siempre que fue necesario, e hizo lo que Él entendía que tenía que hacer. Nunca se doblegó ante los discípulos ni nadie, para conseguir que le siguieran.

San Juan 6:66-67: “Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros?”

San Mateo 21:12-13: “Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.”

San Mateo 23:23: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley: la justicia, la misericordia y la fe. Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.”

San Mateo 23:27: “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque sois semejantes a sepulcros blanqueados, que por fuera, a la verdad, se muestran hermosos, mas por dentro están llenos de huesos de muertos y de toda inmundicia.”

San Mateo 12:34: “¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca.”

San Mateo 23:33: “¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?”

Para ver otras citas bíblicas donde el Señor llama a sus oponentes hipócritas, puedes ir a: San Mateo 6:2, 5, 16, 7:5, 15:7, 16:3, 22:18, 23:13-15, 23, 25, 27, 29, 24:51.

El apóstol Pablo continuó hasta su muerte con la lucha de nuestro Señor, en contra de los judaizantes. Hasta el día de hoy, sus enseñanzas continúan guiando a los que de corazón somos cristianos. Al igual que Jesucristo, Pablo siempre expresó lo que sentía, sin temor alguno.

Romanos 12:18: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

Comentario:

Generalmente pensamos, o tenemos en nuestra mente que, en cualquier circunstancia de la vida, nosotros como cristianos debemos bajar la cabeza. Esto es lo que usualmente se nos enseña en la iglesia. Analizando este versículo, podemos entender, que debemos hacer lo posible por estar en paz con todos. Nos encontraremos con situaciones en que es muy difícil conseguir la paz. En ese caso, creo que debemos entregarle el caso al Señor, si ya hemos agotado todos los recursos.

Gálatas 5:12: “¡Ojalá se mutilasen los que os perturban!”

Comentario:

Confieso que la primera vez que me topé con este versículo, me impactó grandemente, debido a la forma en la cual somos educados en la iglesia. Aquí debemos tener en cuenta el ardiente celo del apóstol, por el ministerio que le fue entregado. Pablo se sentía exhausto, luchando por preservar el santo evangelio limpio de contaminación, por la intervención de los judaizantes. Es increíble que la iglesia de hoy día, se encuentra en las mismas condiciones, con la misma problemática que la iglesia primitiva. Los judaizantes de hoy hacen lo que sea, pero sus propósitos son diferentes. En la iglesia primitiva, los judaizantes hacían o enseñaban lo que en realidad creían que era correcto. La gran mayoría de los judaizantes de la iglesia de hoy, lo que hacen, lo hacen por dinero y por otras cosas materiales. Creo que para los judaizantes de la iglesia primitiva puede haber misericordia, pero para los de la iglesia de hoy, si es que no se arrepienten, las cosas estarán muy mal.

2 Timoteo 4:14-15: “Alejandro el calderero me ha causado muchos males; el Señor le pague conforme a sus hechos. Guárdate tú también de él, pues en gran manera se ha opuesto a nuestras palabras.”

Comentario:

La enseñanza en la iglesia, es que si alguien te hace algo malo, le perdones. Perdonarle significa olvidarlo o erradicarlo completamente de tu mente. Debes echarlo a lo profundo del mar y nunca más recordarlo. Jamás debes mencionar el nombre de la persona ni decirle nada a nadie.

En este caso, lo primero que hace el apóstol es señalar el nombre de la persona. Luego describe el tipo de daño causado. De la manera en que el apóstol pone el caso en las manos del Señor, denota una petición de castigo. Pablo alerta a Timoteo para que se cuide de las estrategias de Alejandro el Calderero.

2 Timoteo 4:16-17: “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.”

Aunque es algo poco usual, en esta porción bíblica leemos que Pablo se encuentra un poco deprimido por la situación que está atravesando. Se queja de que lo dejaron solo, pero que el Señor le acompaño, y que logró su propósito.

Hermanos, tenemos que comprender que, en términos generales, los seres humanos somos débiles. Todos tenemos nuestro talón de Aquiles, y necesitamos estar agarrados del Señor para fortalecernos. Aún Jesucristo, en su parte humana, tuvo momentos de debilidad. Me estoy refiriendo a:

San Mateo 27:46: “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”

San Mateo 26:39: “Yendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.”

Hermanos, nuestro fin debe de ser, hacer el mayor bien posible. Amar aun a nuestros enemigos, pero todo esto, si es posible. Hermanos, no debemos frustrarnos cuando nos encontramos con alguna situación en que su final no es como deseamos. En ese caso, dejémosla en las manos del Señor, porque Él sí puede solucionarlo todo, nosotros no.

¡Que Dios les bendiga a todos!

Por: Pastor Álvaro Rolón

 

 

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