Comidas y Bebidas Bíblicamente
Comidas
Este tema es muy delicado, debido a la forma como han sido enseñados a gran número de cristianos. Muchos pastores educados teológicamente, tratan de evitar estos temas, porque no desean seguir mintiendo, pero tampoco quieren que sus discípulos se enojen al saber la verdad y se aparten de sus congregaciones. En mi caso, doy gracias a Dios que no estoy sujeto a ningún concilio y enseño y predico lo que entiendo que me dice la biblia. Por tanto, comenzaré a señalar algunos textos bíblicos, y mi interpretación.
En Génesis 1:29, el Señor dice: “Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre toda la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semilla; os serán para comer.” O sea que el hombre antes de la caída en el jardín del Edén, es decir, durante la Dispensación de “La Inocencia”, sólo comería plantas, nada de carnes.
Más tarde, cuando el hombre cae en pecado y por tanto, Dios lo tiene que sacar del Jardín del Edén, cuando comienza “La Dispensación de “La Conciencia”, las cosas cambian. Génesis 9:3-4 dice: “Todo lo que se mueve y vive, os será para mantenimiento; así como las legumbres y plantas verdes, os lo he dado todo. Pero carne con su vida, que es su sangre, no comeréis.”
Durante “La Dispensación de la Conciencia”, el Señor cambia la dieta del hombre. Ahora le es añadida toda la carne, pero sin su sangre.
Más tarde, durante “La Dispensación de la Ley de Moisés”, encontramos en el libro de Levítico que el Señor le prohíbe al pueblo de Israel comer ciertos animales.
Levítico 11:1-2 señala: “Habló Jehová a Moisés y a Aarón, diciéndoles: Hablad a los hijos de Israel y decidles: Estos son los animales que comeréis de entre todos los animales que hay en la tierra.” Del versículo 11:2-47 Dios continúa diciéndoles al pueblo de Israel, cuáles animales podían comer y cuáles no.
Ahora, nosotros los cristianos, estamos en la “Dispensación de la Gracia”. La palabra de Dios nos dice en 1 Timoteo 4:1-6 “Pero el Espíritu dice claramente, que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado. Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesucristo, nutrido con la palabra de la fe y de la buena doctrina que has seguido.”
Colosenses 2:14-17 nos dice: “anulando el acta de los decretos que había contra nosotros que nos era contraria, (la Ley de Moisés) quitándola de en medio y clavándola en la cruz, y despojando a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz. Por tanto, nadie os juzgue en comidas o en bebidas, o en cuanto a días de fiesta, luna nueva o días de reposo, todo lo cual es sombra de lo que ha de venir; pero el cuerpo es de Cristo”.
Hermanos amigos, personalmente creo que es muy poco lo que tengo que decir, porque la Palabra de Dios habla por sí sola, y es muy clara.
~ Mateo 15:7-11 reprende diciendo: “Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres. Y llamando a sí a la multitud, les dijo: Oíd, y entended: No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre”.
Los discípulos le preguntan a Jesús sobre el significado de esta parábola y nuestro Señor les explica.
Mateo 15:17-18:”iNo entendéis que todo lo que entra en la boca va al vientre, y es echado en la letrina? Pero lo que sale de la boca, del corazón sale; y esto contamina al hombre”.
Romanos 14:1-3 expresa:”Recibid al débil en la fe, pero no para contender sobre opiniones. Porque uno cree que se debe comer de todo; otro que es débil come legumbres. El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido.”
Romanos 14:6-7:”El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios. Porque ninguno de nosotros vive para sí, y ninguno muere para sí”.
Romanos 14:12-15 continúa diciéndonos: “De manera que cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí. Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros, sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano. Yo sé, y confío en el Señor Jesús que nada es inmundo en sí mismo; mas para el que piensa que algo es inmundo, para él lo es. Pero si por causa de la comida tu hermano es contristado, ya no andas conforme al amor. No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió”.
Es mucha la palabra a través de la cual Dios nos revela todo sobre comidas y bebidas.
En Romanos 14:20-15:1, la Palabra continúa revelándonos o aclarándonos sobre comidas y bebidas. “No destruyas la obra de Dios por causa de la comida. Todas las cosas a la verdad son limpias; pero es malo que el hombre haga tropezar a otros con lo que come. Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni nada en que tu hermano tropiece, o se ofenda, o se debilite. ¿Tienes tú fe? Tenla para contigo delante de Dios. Bienaventurado el que no se condena a sí mismo en lo que aprueba. Pero el que duda sobre lo que come, es condenado, porque no lo hace con fe; y todo lo que no proviene de fe es pecado. Así que, los que somos fuertes debemos soportar las flaquezas de los débiles, y no agradarnos a nosotros mismos”
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Hermanos y amigos, mucha gente por ignorancia se dedican sólo a criticar. En la próxima cita bíblica, podemos ver un ejemplo de personas que sólo hablan de, “haz esto y no hagas lo otro”. Esto porque no saben otra cosa qué hacer, o enseñar.
Mateo 11:18-19 dice: “Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: Demonios tiene. Vino el hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: He aquí un hombre comilón, y bebedor de vino, amigo de publicanos y de pecadores”.
A pesar de la libertad que tenemos en el Señor, también debemos señalar lo que nos dice 1 Corintios 6:12: “Todas las cosas me son lícitas, mas no todas convienen; todas las cosas me son lícitas, mas yo no me dejaré dominar de ninguna”.
Esta porción bíblica nos señala la gran responsabilidad que tenemos los seres humanos, sobre lo que comemos y bebemos. Tenemos la libertad en Cristo, de comer y beber todo lo que Dios creó. Pero también tenemos que ser responsables de no comer, o de no beber algo que sabemos nos hará daño, aunque nos guste. Por tanto, la Palabra de Dios advierte:
1 Corintios 6:19-20: “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios”.
Bebidas
No es fácil para mí escribir o hablar sobre temas que ya han sido enseñados en muchas congregaciones, de una manera diferente. Mi propósito no es crear confusión, sino al contrario, tengo que cumplir con el llamado que tengo de parte del Señor. La mayor parte de lo que aquí escribo, son citas directas de la Biblia. Lea y pídale al Señor que abra su mente y prepare su espíritu para recibir su verdadero mensaje.
Antes de continuar con el tema de bebidas alcohólicas, quiero señalar que en el antiguo testamento habían ciertas situaciones especiales en que algunas personas no les era permitido probar bebidas alcohólicas.
Levítico 10:8-9 nos dice: “Y Jehová habló a Aarón, diciendo: Tú, y tus hijos contigo, no beberéis vino ni sidra cuando entréis en el tabernáculo de reunión, para que no muráis; estatuto perpetuo será para vuestras generaciones”.
Números 6:1-3 advierte: “Habló Jehová a Moisés, diciendo: Habla a los hijos de Israel y diles: El hombre o la mujer que se aparte haciendo voto de nazareo, para dedicarse a Jehová, se abstendrá de vino y de sidra; no beberá vinagre de vino ni vinagre de sidra, ni beberá ningún licor de uvas frescas ni secas”.
Números 6:13-20 nos explica la ley del nazareo, el día que se cumpliere el tiempo de su nazareato. Después que el nazareo cumpliere con todo, podrá beber vino.
En cuanto a las bebidas alcohólicas, la palabra de Dios condena las borracheras. Comenzaremos con Efesios 5:18, que nos advierte: “No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu”.
Las próximas citas bíblicas no prohíben tomar un poco de vino, pero sí advierten sobre los excesos:
1 Timoteo 3:2-3 dice: “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar; no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino amable, apacible, no avaro.”
En esta cita debemos entender que dice, que el obispo sea sobrio, es decir, no dado al alcohol, o que no sea un borrachón. Las siguientes citas se referirán a lo mismo. No están prohibiendo tomarse una copa de vino, pero sí emborracharse.
1 Timoteo 3:8 aclara que: “Los diáconos asimismo deben ser honestos, sin doblez, no dados a mucho vino, no codiciosos de ganancias deshonestas; etc.”
Tito 1:7 recalca: “Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, etc.”
Tito 2:3 dice: “Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien, etc.”
Aún Proverbios 23:29-35 dice: “¿Para quién será el ay? ¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en el vino, para los que van buscando la mistura. No mires al vino cuando rojea, cuando resplandece su color en la copa. Se entra suavemente; mas al fin como serpiente morderá, y como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, y tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en medio del mar, o como el que está en la punta de un mastelero. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; me azotaron, mas no lo sentí; cuando despertare, aun lo volverá a buscar”.
Hermanos, amigos, creo que cualquier persona que lea estos proverbios, podrá entender claramente que aquí no se está refiriendo a alguien que tomó una copa de vino. Es muy claro que aquí se está hablando de una borrachera.
Amados hermanos y amigos, si la palabra de Dios prohibiera totalmente las bebidas alcohólicas, no hubiese sucedido lo siguiente:
En el evangelio según San Juan 2:1-11, Jesús hace el primer milagro; convirtió seis tinajas llenas de agua en vino, en las bodas de Caná. Algunos concilios enseñan que ese vino era sólo jugo de uvas sin fermentar. Por los comentarios del maestresala en los versículos 9 y 10, vemos que este era verdaderamente vino y muy bueno.
San Pablo en 1 Timoteo 5:23 aconseja a Timoteo diciéndole: “Ya no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes enfermedades”.
Isaías 55:1-2 dice: “A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura”.
Deseo concluir este estudio dando mi punto de vista sobre este tema de comidas y bebidas. La palabra claramente rechaza las borracheras pero, de parte mía y por muchas razones, aconsejo al cristiano que, a menos que no sea por alguna condici6n médica, mejor sería no beber ni mucho ni poco alcohol. En un momento dado, usted puede decidir tomarse una cerveza o una copa de vino, pero eso podría ser el comienzo para continuar bebiendo. Quizás usted bebe sólo una cerveza o una copa de otra bebida, pero otro hermano que no tiene ese control, puede querer imitarle y terminar borracho. El uso de bebidas alcohólicas no es un buen ejemplo para nuestras familias. En resumen, todo nos es lícito, pero no todo conviene.
Por: Pastor Álvaro Rolón