Durante La Gran Tribulación
San Mateo 10:22b: “mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.”
Esta pequeña porción de la Palabra, ha sido principalmente lo que ha sostenido la base de la doctrina sobre la posibilidad de perder la salvación eterna por falta de obras.
En la sección de este libro titulada “Un Texto Fuera de Contexto”, he señalado la confusión o problemática que puede causar esta forma errónea de citar la Palabra. Confieso que esta pequeña cita bíblica me tuvo pensativo y pidiendo revelación al Señor por algún tiempo. Entiendo que la Palabra de Dios no se contradice, que un pequeño versículo no puede cancelar el mensaje de toda una serie de escrituras.
El Capítulo 24 de San Mateo nos lleva al principio de dolores como señales del comienzo de “La Gran Tribulación”. El versículo 9 advierte que durante ese tiempo, el que escuche, acepte el evangelio y desee mantener su fidelidad al Señor, quizás tendrá que sufrir tribulación e inclusive aceptar perder la vida, o morir decapitado. En los siguientes versículos (10-12), continúa narrando sobre lo difícil que serán esos tiempos. El versículo 13 especifica que “el que persevere hasta el fin, este será salvo”. Por cuanto todo el capítulo 24 se refiere a los tiempos de la Gran Tribulación, es lógico entender que la proclamación del evangelio en el versículo 14, será realizada por “el remanente fiel de los judíos.”
Apocalipsis 14:6-7 nos sitúa en los tiempos de la predicación del evangelio por el “remanente fiel” durante “La Gran Tribulación”. La parte “b” del versículo 7, “porque la hora de su juicio ha llegado”, nos deja entender claramente que es tiempo de tribulación. El versículo 7 completo indica y exhorta a los que tendrán que pasar por “La Gran Tribulación”, a ser fieles a Dios, sin importar las dolorosas circunstancias.
El Capítulo 7 del libro de Apocalipsis nos habla de los que serán salvos durante el período de “La Gran Tribulación”. Ciento cuarenta y cuatro mil israelitas fieles serán sellados. Una gran multitud de gentiles serán salvos también. Muchas de estas personas tuvieron que dar sus vidas para recibir su salvación también; perseveraron hasta el fin y fueron salvos.
Apocalipsis 20:4b: “y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.”
Estos son los que perseveraron hasta el fin, como dice San Mateo 24:13 y por tanto, serán salvos.
Espero que este pequeño estudio, unido a tus propias investigaciones, te ayuden a entender que el versículo San Mateo 10:22b, se refiere al tiempo de “La Gran Tribulación” en particular y no a nuestro tiempo ahora.
Considero que es nuestra responsabilidad como ministros del evangelio de nuestro Señor Jesucristo, buscar y profundizar en la Palabra, con dirección de parte del Señor. El Señor nos exige que nos esforcemos, que escudriñemos la Palabra. Paso a señalar algunos versículos que pueden arrojar más luz sobre el hecho de que una vez que recibimos la “Salvación Eterna”, jamás la perderemos.
Algunos teólogos creen que durante “La Gran Tribulación”, habrá una segunda oportunidad para obtener la “Salvación Eterna”. Será algo horrible atravesar por esta prueba, pero la Palabra nos dice que serán 144,000 de los judíos y una gran multitud de los gentiles los que lograrán pasar triunfantes por ese martirio.
2 Timoteo 2:13: “Si fuéremos infieles, Él permanece fiel.”
Creo que uno de nuestros errores más comunes es atribuirle características humanas a Dios. Pretendemos que sea como nosotros los humanos, atribuyéndole nuestras debilidades y formas de ser. Quizás muchos pensamos que si somos infieles al Señor, perderemos la salvación, porque nosotros somos así, pero Dios no es así. Nuestra naturaleza humana, con la cual tenemos que lidiar en muchas ocasiones, nos acecha constantemente. Dios nos hizo, nos conoce y sabe que habrá ocasiones en que le fallaremos, pero su misericordia infinita es grande y poderosa para perdonarnos, en el nombre de Jesucristo. Lo expresado aquí no se refiere a una licencia para pecar libre e impunemente. Incurrir en actos pecaminosos nos guiará directamente a perder nuestra “Salvación Terrenal”, lo que significa que pagaremos aquí en la tierra las consecuencias del pecado, y perderemos nuestros galardones en el “Juicio”. Seremos avergonzados en presencia del Señor, por la irresponsabilidad en la administración de las bendiciones y talentos que de Él hemos recibido. La “Salvación Eterna” que hemos recibido por la “Gracia de Dios”, no la perderemos porque ha sido un regalo, no por obras.
Cuando creísteis, fuisteis sellados
Efesios 1:13-14: “En Él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”
La única forma de adquirir la salvación es aceptar al Señor, creyendo y escuchando el evangelio que nos presenta la “Salvación Eterna”, y también la “Terrenal”. Creer en el evangelio y por tanto en nuestro Señor Jesucristo, nos capacita para ser sellados por gracia con el Espíritu Santo de la promesa. Aquí no dice que seremos sellados, sino, “fuisteis sellados”. Observe que no hay otra condición para ser sellado, sino solamente escuchar el evangelio y creer en él. Pensamos que esto es muy simple y comenzamos a buscar algo más para añadirle. Como humanos, aunque decimos que entendemos la Gracia de Dios y la predicamos, muchas veces en nuestro interior no lo creemos así. Nuestro Señor Jesucristo no necesita de nuestra ayuda para darnos Salvación Eterna. Si nuestra Salvación Eterna dependiera de obras, entonces no sería por Gracia. Quizás podríamos aceptar el hecho de ser sellados, tal y como lo hacemos los humanos, que colocamos el sello y luego lo podemos quitar o borrar.
En el versículo 14 nos dice que el sello con el Espíritu Santo es las arras de nuestra herencia, que vendría a ser como “la cuota inicial” (o pronto pago), o como los anillos de boda. Este anillo es un compromiso de parte del Señor, y “Dios no es hombre, para que mienta, ni hijo de hombre para que se arrepienta.” Números 23:19.
Los humanos podemos hacer un compromiso y luego arrepentirnos de lo prometido y dar marcha atrás, pero Dios no es así. Estas arras son la promesa de Dios de nuestra “Salvación Eterna”, hasta la redención de la posesión adquirida. Creo que no es necesario continuar señalando versículos para apoyar la “Salvación Eterna” incondicional, o sea, sin necesidad de obras. Las obras surgen como fruto de la “Salvación Eterna” que ya hemos adquirido, y no como requisito para alcanzarla. Si deseas leer otras citas bíblicas sobre “Salvación Eterna” por “Gracia”, puedes ir a: San Marcos 16:16; San Lucas 8:50; San Juan 3:16-18; Hechos 8:37 y 10:43. Amén.
Cuando llegue el momento de “La Gran Tribulación”, nos habremos ido con Él en “El Rapto”, los que hemos aceptado a nuestro Señor Jesucristo como nuestro único y exclusivo Salvador. Hermano que estás apartado o que no estás en íntima comunión con el Señor, reconcíliate, endereza tus caminos y disfrutarás también de “La Salvación Terrenal” aquí y ahora. Amén.
Pastor Álvaro Rolón