El Alma
¡Que el Señor salve nuestras almas!
El alma es un término que en el Antiguo Testamento es traducido como un sustantivo hebreo “néfesch”, que a su vez se deriva del verbo “nafash” (respirar, rehacerse). Ocurre unas 755 veces en el Antiguo Testamento, con significados muy variados.
Probablemente el sentido original de “néfesch” haya sido “garganta” (canal de la respiración), o “cuello”, como el acadio “napishtu”, pues este sentido se conserva en el Antiguo Testamento en textos como:
Salmo 69:1: “Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma.”
Jonás 2:7: “Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo.”
De la cita anterior viene el sentido de “soplo” de vida (Espíritu), como en Job.
Job 41:21: “Su aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama.”
En el versículo anterior, su aliento se refiere al alma. En hebreo el morir se expresa muchas veces por exhalar la “néfesch”.
Jeremías 15:9: “Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión; y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante de sus enemigos, dice Jehová.”
Puesto que la respiración es señal de vida, el alma, “soplo”, se considera como el principio de la vida.
Génesis 35:18: “Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni; mas su padre lo llamó Benjamín.”
Además, hacer volver la néfesch, quiero decir hacer revivir.
1 Reyes 17:21: “Y se tendió sobre el niño tres veces, y clamó a Jehová y dijo: Jehová Dios mío, te ruego que hagas volver el alma de este niño a él.”
Salvar la “néfesch” de una persona, es salvar su vida.
Salmo 72:13: “Tendrá misericordia del pobre y del menesteroso, Y salvará la vida de los pobres.”
La “néfesch” (vida) de la carne está en la sangre.
Levítico 17:11: “Porque la vida de la carne en la sangre está, y yo os la he dado para hacer expiación sobre el altar por vuestras almas; y la misma sangre hará expiación de la persona.”
En un sentido más amplio, “néfesch” puede definir a un ser vivo en la totalidad de su existencia, aunque sea animal. En Génesis 1:20-24, encontramos un ejemplo de lo mencionado anteriormente. En este pasaje bíblico, el Señor crea la vida animal, en una forma muy ordenada, todo según su género y especie. También creó al hombre o a las personas.
“Néfesch” también se utiliza para denotar la acción de amarse a sí mismo. Amar como a su néfesch, quiere decir, amarse como a sí mismo.
1 Samuel 18:1: “Aconteció que cuando él hubo acabado de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo.”
A veces néfesch también designa a un cadáver, tal vez por eufemismo.
Levítico 21:1: “Jehová dijo a Moisés: Habla a los sacerdotes hijos de Aarón, y diles que no se contaminen por un muerto en sus pueblos.”
En contraste con el pensamiento filosófico griego de “Platón”, es notable que el Antiguo Testamento jamás habla de la inmortalidad del alma. Al contrario, se dice que la néfesch muere.
Números 23:10: “¿Quién contará el polvo de Jacob, O el número de la cuarta parte de Israel? Muera yo la muerte de los rectos, Y mi postrimería sea como la suya.”
Jueces 16:30: “Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.”
La néfesch no es algo distinto del cuerpo que baja al “seol”, sino el hombre total.
Salmo 16:10: “Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu santo vea corrupción.”
Salmo 30:3: “Oh Jehová, hiciste subir mi alma del Seol; Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.”
A los habitantes del Seol no se les llama “almas”, ni espíritus, sino “muertos”.
Salmo 88:10: “¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los muertos para alabarte?”
Isaías 26:14: “Muertos son, no vivirán; han fallecido, no resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste todo su recuerdo.”
Isaías 26:19: “Tus muertos vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad, moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortalizas, y la tierra dará sus muertos.”
Hoy en día es común reconocer muchas pruebas en el Antiguo Testamento, para una doctrina de la supervivencia del hombre después de la muerte, pero estas pruebas llevan más bien a una enseñanza acerca del hombre total y no del alma, en el sentido platónico.
Es notable que además de la vida física, se atribuyen a la “néfesch”, todas las funciones psíquicas. Por ejemplo, los pensamientos se atribuyen a la “néfesch”, como también al corazón y al espíritu.
Ester 4:13: Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro judío.”
En otras ocasiones, “néfesch” se traduce por voluntad.
2 Reyes 9:15: “pero se había vuelto el rey Joram a Jezreel, para curarse de las heridas que los sirios le habían hecho, peleando contra Hazael rey de Siria.) Y Jehú dijo: Si es vuestra voluntad, ninguno escape de la ciudad, para ir a dar las nuevas en Jezreel.”
La néfesch es la sede del amor y el odio, de la tristeza y la alegría.
Génesis 34:3: “Pero su alma se apegó a Dina la hija de Lea, y se enamoró de la joven, y habló al corazón de ella.”
Salmo 11:5: “Jehová prueba al justo; Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.”
Salmo 42:6: “Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto, de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el monte de Mizar.”
Salmo: 86:4: “Alegra el alma de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma.”
El néfesch (alma) siente hambre y sed, pero también busca a Dios y suspira por Él.
Salmo 107:9: “Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien al alma hambrienta.”
Proverbios 25:25: “Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas de lejanas tierras.”
Salmo 42:1-2: “Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. 2Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?”
Salmo 103:1: “Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre.”
Así, en la psicología del Antiguo Testamento, la néfesch tiene una función muy semejante a la del espíritu. Sin embargo, “néfesch” significa sobre todo, la vida, mientras que “espíritu” indica fuerza o poder.
En el Nuevo Testamento, “alma” es la traducción común del griego “psyjé”, que a su vez se deriva del verbo “psyjo” (soplar), y ocurre más o menos cien veces.
“Psyjé” (como néfesch), significa a veces “ser viviente” y puede referirse a un animal.
Apocalipsis 16:3: “El segundo ángel derramó su copa sobre el mar, y éste se convirtió en sangre como de muerto; y murió todo ser vivo que había en el mar.”
También puede referirse a un hombre o persona.
Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”
Con el pronombre posesivo, “psyjé” puede significar también “yo mismo”.
San Mateo 12:18: “He aquí mi siervo, a quien he escogido; Mi Amado, en quien se agrada mi alma; Pondré mi Espíritu sobre él, Y a los gentiles anunciará juicio.”
San Juan 12:27: “Ahora está turbada mi alma; ¿y qué diré? ¿Padre, sálvame de esta hora? Mas para esto he llegado a esta hora.”
El “psyjé” es también el asiento de los actos de la voluntad.
Efesios 6:6: “no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;”
Colosenses 3:23: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres;”
Finalmente, como principio de vida, “psyjé” en algunos textos indica el asiento de una vida que trasciende la vida terrestre. Este uso, muy parecido al de algunos filósofos griegos como Platón, tiene cierta base en algunos dichos de Jesús.
San Mateo 10:28: “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”
San Mateo 10:39: “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará.”
San Marcos 8:35-38: “35Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará. 36Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? 38Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”
“Alma”, llega a incluso significar algo inmortal, distinto del cuerpo.
Apocalipsis 6:9: “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían.”
Apocalipsis 20:4: “Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años.”
Sin embargo, no se niega la necesidad de la resurrección corporal. Esto lo podemos encontrar en la cita anterior de Apocalipsis 20:4 y los versos que siguen.
Una manera de subrayar la totalidad del hombre, es decir, “todo vuestro ser”, como objeto de la santificación, la encontramos en:
Deuteronomio 6:4: “Oye, Israel: Jehová nuestro Dios, Jehová uno es.”
San Marcos 12:30: “Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento.”
Hermanos, espero que este estudio les sirva para profundizar más sobre el significado del alma.
Pastor Álvaro Rolón