EL AYUNO

EL AYUNO

EL AYUNO

El ayuno ha sido practicado desde el Antiguo Testamento. El ayuno se menciona por primera vez en la biblia en el libro de Jueces.

Jueces 20:26: “Entonces subieron todos los hijos de Israel, y todo el pueblo, y vinieron a la casa de Dios; y lloraron, y se sentaron allí en presencia de Jehová, y ayunaron aquel día hasta la noche; y ofrecieron holocaustos y ofrendas de paz delante de Jehová.”

Esta práctica la encontramos en muchos de los libros del Antiguo Testamento. Ayunar siempre ha tenido un propósito por el cual se realiza. En el libro de Segunda de Samuel tenemos un ejemplo: David, en su ilícita relación con Betsabé, esposa de Urías Heteo, procreó un hijo. El profeta Natán le dijo:

2 Samuel 12:14: “Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.”

David lloró, rogó a Jehová y ayunaba por la vida del niño, pero la justicia de Jehová no es un juego; el niño murió.

2 Samuel 12:22-23: “Y él respondió: Viviendo aún el niño, yo ayunaba y lloraba, diciendo: ¿Quién sabe si Dios tendrá compasión de mí, y vivirá el niño? Mas ahora que ha muerto, ¿para qué he de ayunar? ¿Podré yo hacerle volver? Yo voy a él, mas él no volverá a mí.”

Hay personas que señalan el caso del método de alimentación de Daniel en el Antiguo Testamento, como una clase o tipo de ayuno. Daniel era un judío cautivo en Babilonia y era de descendencia real. Debido a su alto rango y agradable presencia, los babilonios lo educaron para el servicio en el palacio del rey. En la atmósfera contaminada de una corte oriental, Daniel vivió una vida singularmente piadosa y fructífera.

El rey Nabucodonosor, rey de Babilonia, dio orden a Aspenaz, jefe de sus eunucos, de escoger a cuatro jóvenes de linaje real de los príncipes, para estar en el palacio del rey.

Daniel 1:5: “Y les señaló el rey ración para cada día, de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen delante del rey.”

Daniel 1:8-9:”Y Daniel propuso en su corazón no contaminarse con la porción de la comida del rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos;”

Daniel 1:12: “Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y nos den legumbres a comer, y agua a beber.”

Daniel 1:15: “Y al cabo de los diez días pareció el rostro de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos que comían de la porción de la comida del rey.”

En el Nuevo Testamento se menciona el ayuno por primera vez en el libro de San Mateo, en la tentación de Jesús.

San Mateo 4:1-2: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre.”

Cuando se está ayunando, muchas cosas pueden suceder. Generalmente vienen las tentaciones relacionadas con comidas o bebidas que nos gustan mucho. Por esta razón es que tenemos que entender que ayunar no es simplemente dejar de comer. Antes de comenzar un ayuno, usted debe presentárselo al Señor, expresando el motivo del mismo. Durante todo el tiempo del ayuno, debe mantenerse en oración y, si es necesario, realizar alguna actividad; se debe estar en meditación constante. En lo posible, es muy conveniente estar leyendo la biblia o algún buen libro cristiano. Los dos primeros días, más o menos, será un poco difícil mantenerse tranquilo, pero de ahí en adelante, será mucho más fácil. La paz del Señor nos cubrirá y sentiremos gozo y bendición.

Menciono todo esto por experiencia, porque al comienzo de haberme convertido, ayunaba regularmente tres días consecutivos. Como lo que conocía sobre el ayuno era lo que nos narra San Mateo 4:1-11, cuando yo ayunaba, me abstenía de beber agua, además de los alimentos. Al tercer día comenzaba a sentir una paz indescriptible. Al pasar los años, ayunaba los domingos, pero un día durante la predicación me sentí muy mal. Debido a la diabetes, tuve que detenerme, suspender el ayuno y comer un dulce.

San Mateo nos habla del formalismo religioso reprobado, aconsejándonos cómo debemos actuar cuando estemos ayunando.

San Mateo 6:16-18:”Cuando ayunéis, no seáis austeros, como los hipócritas; porque ellos demudan sus rostros para mostrar a los hombres que ayunan; de cierto os digo que ya tienen su recompensa. Pero tú, cuando ayunes, unge tu cabeza y lava tu rostro, para no mostrar a los hombres que ayunas, sino a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”

El ayunar, al igual que todo lo que hacemos para el Señor, no debe ser un “show”. Debemos recordar que lo hacemos únicamente para agradar al Señor y no al público. Esto lo repite el propio Señor en diversas ocasiones.

San Mateo 6:3: “Mas cuando tú des limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha,”

En la parábola del fariseo y el publicano, encontramos otra enseñanza de nuestro Señor sobre cómo debe ser nuestra relación con Él.

San Lucas 18:9-14: “A unos que confiaban en sí mismos como justos, y menospreciaban a los otros, dijo también esta parábola: Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmos de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aun alzar los ojos al cielo, sino que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, sé propicio a mí, pecador. Os digo que éste descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido.”

En San Mateo 9 encontramos que los fariseos continuamente vigilaban todo lo que hacían Jesús y sus discípulos. Una y otra vez le exigían a Jesús hacer como ellos hacían, con relación a los asuntos religiosos. Esta vez, vemos que los discípulos de Juan el Bautista, también les molestaba que Jesús y sus discípulos no les imitaran a ellos en todo.

San Mateo 9:14-15: “14Entonces vinieron a él los discípulos de Juan, diciendo: ¿Por qué nosotros y los fariseos ayunamos muchas veces, y tus discípulos no ayunan? 15Jesús les dijo: ¿Acaso pueden los que están de bodas tener luto entre tanto que el esposo está con ellos? Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán.”

La anterior porción bíblica es de suma importancia para contestar la controversia de si se debe ayunar o no. Aquí, el versículo 15 es la clave, porque Jesús les contesta a los discípulos de Juan, la razón por la cual sus discípulos no estaban ayunando durante aquel tiempo.

Es bueno recordar que los tres años del ministerio de Jesús, fue un tiempo especial. Hay varias cosas que ocurren en aquellos años, que no son la norma o la regla.

San Mateo 26:6-12: “6Y estando Jesús en Betania, en casa de Simón el leproso, 7vino a él una mujer, con un vaso de alabastro de perfume de gran precio, y lo derramó sobre la cabeza de él, estando sentado a la mesa. 8Al ver esto, los discípulos se enojaron, diciendo: ¿Para qué este desperdicio? 9Porque esto podía haberse vendido a gran precio, y haberse dado a los pobres. 10Y entendiéndolo Jesús, les dijo: ¿Por qué molestáis a esta mujer? pues ha hecho conmigo una buena obra. 11Porque siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis. 12Porque al derramar este perfume sobre mi cuerpo, lo ha hecho a fin de prepararme para la sepultura.”

En la porción anterior, Jesús permitió y aceptó aquel acto, porque tenía un simbolismo o propósito especial. En el versículo 11 Jesús dice que, “siempre tendréis pobres con vosotros, pero a mí no siempre me tendréis.” Aquí Jesús no está menospreciando a los pobres, sino recordando que aquel tiempo era especial. En este tiempo, muchas cosas no se harían como normal o regularmente debían hacerse.

Volviendo al asunto de la parte final versículo de San Mateo 9:15 que dice: “Pero vendrán días cuando el esposo les será quitado, y entonces ayunarán”, es donde la Palabra dice que, luego que el Señor se vaya, sus discípulos ayunarán. Para mí, esto se refiere también a toda la iglesia, aunque muchos argumenten que sólo fue para los discípulos.

Debemos tener mucho cuidado con estos grupos religiosos, que suelen eliminar todas las cosas que no les agradan. Grupos que sólo hablan de bendiciones, perdón de pecados, paz, prosperidad, etc. Esto es bueno, bonito y verdadero, pero también hay muchas otras cosas que hay que obedecer.

Luego del Señor haberse ido, en el libro de los Hechos, encontramos que todo lo que la iglesia hacía, incluía el ayuno.

Hechos 13:1-3: “1Había entonces en la iglesia que estaba en Antioquía, profetas y maestros: Bernabé, Simón el que se llamaba Niger, Lucio de Cirene, Manaén el que se había criado junto con Herodes el tetrarca, y Saulo. 2Ministrando éstos al Señor, y ayunando, dijo el Espíritu Santo: Apartadme a Bernabé y a Saulo para la obra a que los he llamado. 3Entonces, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y los despidieron.”

En la cita anterior, vemos que el ayuno toca a Dios para contestar nuestras peticiones. En el versículo 13:3, habiendo ayunado y orado, les impusieron las manos y despidieron a Bernabé y a Saulo, como dijo el Espíritu Santo.

Este pasaje de Hechos 13:1-3, nos sirve como argumento para sostener, que el ayuno no fue sólo para el tiempo del Señor en la tierra, sino que se continuó practicando.

Para resumir, deseo exhortarles a esforzarse en acercarse más al Señor a través del ayuno. Muchos dirán que ahora, en la gracia, no necesitamos de obras para recibir la salvación, y en eso están correctos. En lo que no están correctos es en pensar que, una vez que hemos recibido la salvación, ya no hay que hacer nada. Usted tiene que hacer obras, no para salvarse, sino porque ya es salvo. Recuerde que la Palabra nos requiere que:

Filipenses 2:12: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,”

Muchos interpretan mal esta escritura, pensando que se refiere a poder perder la salvación. Aquí se nos exhorta a manifestar exteriormente nuestra salvación efectuada en lo interior. Esta cita nos requiere realizar obras que dejen a todos ver y entender sobre los logros de una salvación tan grande.

Hermanos, aunque somos salvos, el libro de Santiago nos dice:

Santiago 2:14-20:”Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras? ¿Podrá la fe salvarle? Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día, y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha? Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?”

Hermanos, recuerden los dichos de nuestros hermanos del ayer. Si quieren ser agradables a Dios, deben practicar “BOA” (Biblia, Oración y Ayuno).

¡Que el Señor bendiga a todos!

Por: Pastor Álvaro Rolón

Scroll UpScroll Up