El Cristianismo y La Politica

El Cristianismo y La Politica

El Cristianismo y La Politica

¡Hermanos y amigos en Cristo, que el Señor les bendiga!

Mi propósito con este estudio es enfrentar a cristianos que estén considerando esta alternativa, con la serie de situaciones o problemas con que podrían confrontar en el futuro. Les contaré sobre mi experiencia con relación a este tema.

Algunos años atrás, en la iglesia de la cual era miembro, llegó a pastorear un hombre muy conocido en Puerto Rico por su afiliación política. Les advertí a los ancianos y oficiales de la iglesia, que tendrían problemas. Sus predicaciones eran mensajes políticos. Era un doctor, líder de la “Teología de la Liberación.” En varias oportunidades estaba ausente algún domingo y en su próxima reunión en la iglesia, les explicaba a los miembros que no asistió a la iglesia el domingo anterior, porque estaba haciendo “piquete” en la Universidad de Puerto Rico. Un día estaba dando un estudio que tenía que ver con los pobres y yo le pregunté, “¿a qué pobres se refería la porción bíblica, a los pobres materialmente o a los pobres de espíritu?” El Dr. perdió la cabeza y en cierto modo, comenzó a insultar a diferentes miembros de la congregación. Este fue su último día como pastor en aquella congregación, porque renunció.

Son muchas las diferentes reacciones en cuanto a si el cristiano se debe envolver en política o no. Este es un tema muy controversial, que necesita una verdadera y profunda meditación, para tomar una decisión. Creo que la persona que se envuelva en este tipo de actividad, si desea mantenerse espiritualmente fiel al Señor, tiene que ser alguien especial. Digo esto, porque las situaciones y peligros que tendrá que enfrentar, no serán fáciles de vencer.

Hubo un tiempo en que estuve apartado de la iglesia y un grupo político de mi pueblo me convenció y me reclutó para una posición. Luego de negarme por algún tiempo, acepté con la condición de que no me envolvería en estar haciendo política. Fui elegido por el pueblo y comencé a realizar mis deberes. Empecé a envolverme en muchas reuniones y otras cosas, y me fui apartando más de la iglesia. Gracias al Señor, renuncié a la posición que tenía, y regresé a servirle al Señor.

Las dos narraciones anteriores, las usaré como base para lo que continuaré exponiendo.

No a la participación activa en política

Los siguientes argumentos son usados por los que creen que el cristiano no se debe envolver directamente en asuntos políticos.

Nuestro Señor Jesucristo nos indica en diversas porciones bíblicas, no envolvernos en cuestiones terrenales.

San Lucas 2:49: “… ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?”

San Juan 15:18-19: “Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece.”

San Juan 18:36: “… Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí.”

San Juan 14:30: “No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí.”

San Mateo 6:19-21: “No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.”

San Juan 14:27: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.”

San Juan 16:33: “Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.”

En las epístolas, también podremos encontrar citas bíblicas que se han relacionado con la no participación en la política. Deseo señalar que los miembros de “Los Testigos de Jehová” no participan de la política partidista.

Santiago 4:4: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios.”

1 Juan 2:15-17: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.”

1 Juan 5:4-5: “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?”

1 Juan 4:4-6: “Hijitos, vosotros sois de Dios, y los habéis vencido; porque mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo. Ellos son del mundo; por eso hablan del mundo, y el mundo los oye. Nosotros somos de Dios; el que conoce a Dios, nos oye; el que no es de Dios, no nos oye. En esto conocemos el espíritu de verdad y el espíritu de error.”

1 Juan 5:19: “Sabemos que somos de Dios, y el mundo entero está bajo el maligno.”

Los siguientes versículos nos dejan ver muy claro que desde el momento que aceptamos a Jesucristo como nuestro Señor, ya somos extranjeros y peregrinos en este mundo. En citas anteriores, la Palabra nos dice que Satanás es el príncipe de este mundo. Por tanto, inmiscuirnos en política es envolvernos en los negocios de Satanás. Al ser extranjeros y peregrinos y pertenecer al reino de Dios, debemos mantenernos con nuestra mente puesta en las cosas celestiales, más que en las de este mundo.

Romanos 8:18: “Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.”

Hebreos 11:13: “Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra.”

1 Pedro 2:11-14: “Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma, manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras. Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien.”

En este último versículo, el apóstol Pedro nos ruega que nos abstengamos de los deseos carnales que batallan contra el alma. Creo que sorprenderá a muchos el leer que la Palabra nos aconseja someternos a los gobernadores y no luchar contra ellos. A nosotros los cristianos nos corresponde mantenernos firmes en nuestra esperanza y fe. Recuerde que la Palabra nos dice en:

Santiago 4:7: “Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”

Efesios 6:12: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.”

Romanos 13:1: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas.”

1 Timoteo 2:1-2: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.”

Con este último versículo de Timoteo, debemos tener cuidado, porque muchos ministros mal intencionados lo manipulan. Aquí nos dice que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia. Los que están en eminencia son los que han participado en elecciones y han ganado un escaño, es decir, que están trabajando en posiciones altas. No se está hablando de candidatos a posiciones políticas; se habla de los que han sido elegidos por el pueblo, gústenos o no.

Muchos ministros comienzan a llevar a la iglesia a candidatos que están compitiendo con otros para alguna posición. El ministro, como experto en todo este tipo de estrategia, presenta a la congregación al aspirante, señalando para cuál posición está corriendo, etc. Para justificar todo, dice que el aspirante pide que se ore por él. El ministro quiere acumular puntos para luego, si ese aspirante gana, tener una “pala” para recibir algún beneficio.

Hermanos, en el pueblo de Dios suceden muchas cosas, debemos tener mucho cuidado, aún con nuestros líderes cristianos.

Sí a la participación activa en la política

Hermanos, recuerden que estamos bregando con personas que son profesionales hablando. El ministro, generalmente tiene la habilidad de hablar y convencer. Se han dado casos en que algunos grupos religiosos se han llevado tremenda sorpresa. Por ejemplo, algunos años atrás en Puerto Rico, la iglesia católica organizó el PAC (Partido Acción Cristiana). Todos pensamos que ese partido barrería en las elecciones, debido a que en ese tiempo, la gran mayoría de los ciudadanos eran católicos. Pues no fue así, las personas eran fieles a la iglesia católica en cuestión de religión, pero en política, eran fieles a su partido político.

Hubo un tiempo que cuando los ministros evangélicos que estudiaban teología a nivel universitario, terminaban sus estudios, salían preparados en la llamada Teología de la Liberación. Ellos inclusive, estaban de acuerdo con la lucha armada para “liberar” a sus países de sus gobernantes que ellos consideraban tiranos. Aquellos ministros causaron grandes problemas en las diferentes congregaciones en muchos lugares en el mundo. La gran mayoría de estos ministros basan sus creencias mayormente en el Antiguo Testamento, por ejemplo:

Éxodo 17:8-9: “Entonces vino Amalec y peleó contra Israel en Refidim. Y dijo Moisés a Josué: Escógenos varones, y sal a pelear contra Amalec; mañana yo estaré sobre la cumbre del collado, y la vara de Dios en mi mano.”

Éxodo 17:13-14: “Y Josué deshizo a Amalec y a su pueblo a filo de espada. Y Jehová dijo a Moisés: Escribe esto para memoria en un libro, y di a Josué que raeré del todo la memoria de Amalec de debajo del cielo.”

1 Samuel 15:3: “Ve, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños, y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.”

Algunos alegan que hay ciertas circunstancias en las cuales hay que oponerse enérgicamente a los abusos de algunos gobernantes y otros.

Romanos 12:18: “Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres.”

1 Corintios 7:21: “¿Fuiste llamado siendo esclavo? No te dé cuidado; pero también, si puedes hacerte libre, procúralo más.”

San Judas 1:3: “Amados, por la gran solicitud que tenía de escribiros acerca de nuestra común salvación, me ha sido necesario escribiros exhortándoos que contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos.”

Los Hechos 16:23: “Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad.”

Los Hechos 16:35-39: “Cuando fue de día, los magistrados enviaron alguaciles a decir: Suelta a aquellos hombres. Y el carcelero hizo saber estas palabras a Pablo: Los magistrados han mandado a decir que se os suelte; así que ahora salid, y marchaos en paz. Pero Pablo les dijo: Después de azotarnos públicamente sin sentencia judicial, siendo ciudadanos romanos, nos echaron en la cárcel, ¿y ahora nos echan encubiertamente? No, por cierto, sino vengan ellos mismos a sacarnos. Y los alguaciles hicieron saber estas palabras a los magistrados, los cuales tuvieron miedo al oír que eran romanos. Y viniendo, les rogaron; y sacándolos, les pidieron que salieran de la ciudad.”

En estas dos últimas citas, encontramos que Pablo protesta por el trato que recibe en Filipos. Su protesta se basa en que él era romano y no era lícito que recibiera este tratamiento. Aunque esta situación no es directamente un asunto político, sí se relaciona.

Mi opinión sobre el tema

Sin importar cuánto luchemos en este mundo, las profecías se cumplirán. Nadie puede cambiar lo que Dios ha permitido que sea. Nosotros los cristianos tenemos que ocuparnos más de los asuntos del reino. Siempre debemos estar tratando de que nuestra fe continúe creciendo y esto lo lograremos envolviéndonos más en los negocios de nuestro Padre.

Salmo 34:19: “Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.”

2 Timoteo 2:11-12: “Palabra fiel es esta: Si somos muertos con él, también viviremos con él; Si sufrimos, también reinaremos con él; Si le negáremos, él también nos negará.”

Apocalipsis 5:10: “y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”

Creo que el cristiano sí debe emitir su voto, pero debe asegurarse de votar por aquel candidato que está a favor de la Palabra de Dios. Debemos echar a un lado las ideologías políticas y simplemente escuchar, leer y observar las tendencias de los diferentes líderes. Debemos mantener siempre presente que somos cristianos antes que políticos. Cuidado con tus ideales políticos, que no te separen de las cosas del Señor.

¡Que el Señor nos guíe a todos! Amén.

Pastor Álvaro Rolón

 

 

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