La Abominación
¡Que Dios tenga misericordia de todos!
La abominación es un término que traduce cuatro vocablos hebreos en el Antiguo Testamento, y en resume señala la repugnancia que produce un objeto, persona o práctica, que violenta los postulados religiosos del sistema dominante.
I. Varios usos del término abominación.
I.La violación de un tabú. Por ejemplo, tenemos la frase: “porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios”.
Génesis 43:32: “Y pusieron para él aparte, y separadamente para ellos, y aparte para los egipcios que con él comían; porque los egipcios no pueden comer pan con los hebreos, lo cual es abominación a los egipcios.”
Génesis 46:34: “entonces diréis: Hombres de ganadería han sido tus siervos desde nuestra juventud hasta ahora, nosotros y nuestros padres; a fin de que moréis en la tierra de Gosén, porque para los egipcios es abominación todo pastor de ovejas.”
Éxodo 8:26: “Y Moisés respondió: No conviene que hagamos así, porque ofreceríamos a Jehová nuestro Dios la abominación de los egipcios. He aquí, si sacrificáramos la abominación de los egipcios delante de ellos, ¿no nos apedrearían?”
Los ídolos de los gentiles eran abominación por excelencia a Jehová, Dios único y verdadero, y su pueblo Israel: Astoret era la abominación de los sidonios; Quemos, abominación de Moab, etc.
2 Reyes 23:13: “Asimismo profanó el rey los lugares altos que estaban delante de Jerusalén, a la mano derecha del monte de la destrucción, los cuales Salomón rey de Israel había edificado a Astoret ídolo abominable de los sidonios, a Quemos ídolo abominable de Moab, y a Milcom ídolo abominable de los hijos de Amón.”
Las prácticas idólatras eran abominación por sus implicaciones tanto religiosas como éticas, pues combinaban la deslealtad a Jehová con la degradación moral. Incluían la adivinación, magia, etc.
En 2 Reyes 21:2-7, encontramos la historia de Manasés, quien comenzó a reinar en Jerusalén a los doce años de edad. Reinó por cincuenta y cinco años, e hizo lo malo ante los ojos de Jehová, según las abominaciones de las naciones que Jehová había echado de delante de los hijos de Israel.
Deuteronomio 18:9-14: “9Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones. 10No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, 11ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. 12Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti. 13Perfecto serás delante de Jehová tu Dios. 14Porque estas naciones que vas a heredar, a agoreros y a adivinos oyen; mas a ti no te ha permitido esto Jehová tu Dios.”
Pecados y actitudes ajenos al pacto de Dios con Israel. Véanse las muchas referencias a la abominación en Proverbios: labios mentirosos.
Proverbios 12:22: “Los labios mentirosos son abominación a Jehová; Pero los que hacen verdad son su contentamiento.”
Meros actos rituales y sacrificios ofrecidos sin humildad y espíritu de adoración, eran abominación.
Isaías 1:11-14: “11¿Para qué me sirve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos; no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos cabríos. 12¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando venís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? 13No me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación; luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. 14Vuestras lunas nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma; me son gravosas; cansado estoy de soportarlas.”
Los mismos conceptos pasan al Nuevo Testamento bajo el término griego “bdelygma”. Jesús declaró que aún “lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.”
San Lucas 16:15: “Entonces les dijo: Vosotros sois los que os justificáis a vosotros mismos delante de los hombres; mas Dios conoce vuestros corazones; porque lo que los hombres tienen por sublime, delante de Dios es abominación.”
II. La abominación de desolación
Jesucristo hace referencia a una funesta señal futura, ya predicha por Daniel profeta, y la llama: “to bdelygma tes eremóseos”.
San Mateo 24:15: “Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda),”
San Marcos 13:14: “Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes.”
Todo lo anterior significa “la abominación que causa devastación”, y que había de ser colocada en el “lugar santo”. En Daniel, la frase (con variantes) se halla en:
Daniel 9:27: “Y por otra semana confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el desolador.”
Daniel 11:31: “Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora.”
Daniel 12:11: “Y desde el tiempo que sea quitado el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá mil doscientos noventa días.”
La próxima cita alude, sin mucho lugar a dudas, a la profanación del altar de holocaustos en Jerusalén, por orden de Antioco Epífanes (168 a.c., período de los macabeos).
Daniel 11:31: “Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora.”
Las referencias que el Señor recoge, pueden tener un cumplimiento doble, siendo el primero anticipo y sombra del segundo. El lugar santo fue profanado por los zelotes judíos durante el sitio de Jerusalén (66-70 d.c.), mientras los cristianos de Judea, guiados por la advertencia del Señor, huían a Pella.
San Marcos 13:14-16: “14Pero cuando veáis la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel, puesta donde no debe estar (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea huyan a los montes. 15El que esté en la azotea, no descienda a la casa, ni entre para tomar algo de su casa; 16y el que esté en el campo, no vuelva atrás a tomar su capa.”
La siguiente profanación del templo por los romanos bajo Tito, fue puramente destructiva. Antes del fin, del cual profetizó Cristo, el anticristo se sentará en el templo de Dios, como Dios, como señal de las grandes tribulaciones que procederán a la manifestación del Señor en gloria.
2 Tesalonicenses 2:3: “Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición,”
1 Juan 2:18: “Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.”
Apocalipsis 11:1-2: “1Entonces me fue dada una caña semejante a una vara de medir, y se me dijo: Levántate, y mide el templo de Dios, y el altar, y a los que adoran en él. 2Pero el patio que está fuera del templo déjalo aparte, y no lo midas, porque ha sido entregado a los gentiles; y ellos hollarán la ciudad santa cuarenta y dos meses.”
El capítulo 13 de Apocalipsis nos narra sobre la bestia que sube del mar, a la cual el dragón le da autoridad. Este capítulo también habla sobre la bestia que sube de la tierra y que hace que al tierra y los moradores de ella adoren a la primera bestia.
Apocalipsis 13:15-17: “15Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia, para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no la adorase. 16Y hacía que a todos, pequeños y grandes, ricos y pobres, libres y esclavos, se les pusiese una marca en la mano derecha, o en la frente; 17y que ninguno pudiese comprar ni vender, sino el que tuviese la marca o el nombre de la bestia, o el número de su nombre.”
Hermanos, que el Señor nos proteja y nos libre de participar en cualquier actividad que implique algún tipo de abominación al Señor.
Pastor Álvaro Rolón