La Adivinación
¡Que Dios nos cuide de caer en prácticas supersticiosas!
La adivinación es una práctica supersticiosa, común en todas las sociedades, para buscar y discernir señales y revelaciones, especialmente acerca del futuro, por medio de ídolos o hechiceros dotados de supuestos poderes sobrenaturales.
Varios medios de adivinación se mencionan en la biblia:
Génesis 44:5 (La copa o el agua): “¿No es ésta en la que bebe mi señor, y por la que suele adivinar? Habéis hecho mal en lo que hicisteis.”
Deuteronomio 13:2-3: “2y si se cumpliere la señal o prodigio que él te anunció, diciendo: Vamos en pos de dioses ajenos, que no conociste, y sirvámosles; 3no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños; porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma.”
Jueces 7:13: “Cuando llegó Gedeón, he aquí que un hombre estaba contando a su compañero un sueño, diciendo: He aquí yo soñé un sueño: Veía un pan de cebada que rodaba hasta el campamento de Madián, y llegó a la tienda, y la golpeó de tal manera que cayó, y la trastornó de arriba abajo, y la tienda cayó.”
Jeremías 23:32: “He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo, dice Jehová.”
La consulta de ídolos, varas y oráculos:
1 Samuel 15:23: “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.”
Zacarías 10:2: “Porque los terafines han dado vanos oráculos, y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como ovejas, y sufre porque no tiene pastor.”
Oseas 4:12: “Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar, y dejaron a su Dios para fornicar.”
Isaías 41:21-24: “21Alegad por vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el Rey de Jacob. 22Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos entender lo que ha de venir. 23Dadnos nuevas de lo que ha de ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y juntamente nos maravillemos. 24He aquí que vosotros sois nada, y vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió.”
Isaías 44:7: “¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pondrá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por venir.”
Las flechas:
Ezequiel 21:21: “Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado.”
El fuego:
Deuteronomio 18:10: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero,”
La inspección del hígado:
Ezequiel 21:21: “Porque el rey de Babilonia se ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos, para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó a sus ídolos, miró el hígado.”
La adivinación se condena como reliquia engañosa del paganismo y la prohíben estrictamente la ley y los profetas como una abominación.
Éxodo 22:18: “A la hechicera no dejarás que viva.”
Levítico 19:26: “No comeréis cosa alguna con sangre. No seréis agoreros, ni adivinos.”
Levítico 19:31: “No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios.”
Levítico 20:27: “Y el hombre o la mujer que evocare espíritus de muertos o se entregare a la adivinación, ha de morir; serán apedreados; su sangre será sobre ellos.”
Isaías 47:12: “Estate ahora en tus encantamientos y en la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás.”
Los profetas condenan a los adivinos, hechiceros, encantadores y a la gente que los busca.
Isaías 8:19-22: “19Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? 20¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido. 21Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos, y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto. 22Y mirarán a la tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia; y serán sumidos en las tinieblas.”
Jeremías 27:9-10: ” 9Y vosotros no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos, ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de Babilonia. 10Porque ellos os profetizan mentira, para haceros alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis.”
Ezequiel 13:17: “Y tú, hijo de hombre, pon tu rostro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio corazón, y profetiza contra ellas,”
Ezequiel 13:23: “por tanto, no veréis más visión vana, ni practicaréis más adivinación; y libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo soy Jehová.”
Miqueas 5:12: “Asimismo destruiré de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros.”
En Deuteronomio 18:9-22, encontramos la razón por la cual los profetas condenaron a los adivinos, hechiceros, encantadores y a la gente que los busca. Era la advertencia al pueblo de Dios, sobre cómo actuar cuando entraran a la tierra prometida.
Deuteronomio 18:9: “Cuando entres a la tierra que Jehová tu Dios te da, no aprenderás a hacer según las abominaciones de aquellas naciones.”
La revelación no es augurio, ni es prognosis la profecía. El adivino practica su profesión por lucro y siempre ajusta su mente a fines personales o políticos. En 2 Crónicas 18:4-26, encontramos la historia de los profetas mentirosos de Acab. El rey de Israel planeaba una guerra contra Ramot de Galaad y reunió a cuatrocientos de sus profetas. Les preguntó si irían a la guerra, o si debería estarse quieto. Todos los profetas dijeron que ganarían la guerra. Josafat, rey de Judá, que se había aliado con Acab, rey de Israel, le preguntó, ¿hay aquí algún profeta de Jehová, para que por medio de él preguntemos? Acab, aunque un poco molesto, porque decía que Micaías, el profeta de Jehová, siempre le profetizaba cosas negativas, le mandó a buscar. Al contrario de lo que profetizaban los cuatrocientos profetas de Acab, Micaías, luego de algunas argumentaciones, les profetizó que perderían la batalla. Entonces el falso profeta Sedequías, se le acercó y golpeó a Micaías en la mejilla.
Ezequiel 13:15: “Cumpliré así mi furor en la pared y en los que la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared, ni los que la recubrieron,”
Jeremías 6:13: “Porque desde el más chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia; y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.”
Hechos 8:9: “Pero había un hombre llamado Simón, que antes ejercía la magia en aquella ciudad, y había engañado a la gente de Samaria, haciéndose pasar por algún grande.”
Hechos 16:16: “Aconteció que mientras íbamos a la oración, nos salió al encuentro una muchacha que tenía espíritu de adivinación, la cual daba gran ganancia a sus amos, adivinando.”
En cambio el profeta de Jehová profetiza bajo el impulso divino, nunca por remuneración, sino más bien a veces a riesgo de su vida. En 1 Reyes 22:1-35 encontramos la historia que ya comentamos en 2 Crónicas 18:4-26. En esta narrativa está muy claro, cuál es el interés de los falsos profetas, a diferencia de los propósitos del verdadero profeta de Jehová. A riesgo de perder su vida, Micaías profetizó el verdadero mensaje de parte de Dios.
No se puede engañar ni forzar a Jehová por medios ocultos. Cuando Él se revela, lo hace en términos claros, directos y comprensibles.
Esto no significa que no hubiera en Israel ningún vestigio de superstición o práctica de adivinación. Dios parece haberse ajustado a la mentalidad popular y haber aprovechado en varias ocasiones estos medios para lograr su propósito.
La adivinación por suerte:
Levítico 16:8: “Y echará suertes Aarón sobre los dos machos cabríos; una suerte por Jehová, y otra suerte por Azazel.”
Hechos 1:26: “Y les echaron suertes, y la suerte cayó sobre Matías; y fue contado con los once apóstoles.”
Por vellón de lana:
Jueces 6:36-40: “36Y Gedeón dijo a Dios: Si has de salvar a Israel por mi mano, como has dicho, 37he aquí que yo pondré un vellón de lana en la era; y si el rocío estuviere en el vellón solamente, quedando seca toda la otra tierra, entonces entenderé que salvarás a Israel por mi mano, como lo has dicho. 38Y aconteció así, pues cuando se levantó de mañana, exprimió el vellón y sacó de él el rocío, un tazón lleno de agua. 39Mas Gedeón dijo a Dios: No se encienda tu ira contra mí, si aún hablare esta vez; solamente probaré ahora otra vez con el vellón. Te ruego que solamente el vellón quede seco, y el rocío sobre la tierra. 40Y aquella noche lo hizo Dios así; sólo el vellón quedó seco, y en toda la tierra hubo rocío.”
Por Urim y Tumim:
Esdras 2:63: “y el gobernador les dijo que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar con Urim y Tumim.”
Nehemías 7:65: “y les dijo el gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote con Urim y Tumim.”
Pero el conocimiento de Jehová y su revelación destruyen la base de la superstición esotérica y mágica. Es la fe y no la superstición lo que exige Dios.
¡Que el Señor purifique nuestros pensamientos!
Pastor Álvaro Rolón