La Cena Del Señor

La Cena Del Señór

La Cena Del Señór

¡Que el Señor sea siempre nuestro guía!

La cena del Señor es una fiesta ritual, ordenada en la iglesia por Cristo.

San Lucas 22:19-20: “19 Y tomó el pan y dio gracias, y lo partió y les dio, diciendo: Esto es mi cuerpo, que por vosotros es dado; haced esto en memoria de mí. 20De igual manera, después que hubo cenado, tomó la copa, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre, que por vosotros se derrama.”

Esta fiesta ritual, denominada hoy a veces “eucaristía”, o sea, acción de gracias, o santa comunión; conmemora la muerte expiatoria de Jesucristo y a la vez simboliza la unidad de los cristianos y su reiterada fe en la pronta venida de su Señor.

La última cena que Jesús comió con sus discípulos, durante la fiesta de la Pascua en la víspera de su crucifixión, sirve de base para la actual cena del Señor. Evidentemente fue para Él un momento de extraordinaria importancia.

San Lucas 22:15: “Y les dijo: ¡Cuánto he deseado comer con vosotros esta pascua antes que padezca!”

Jesús dio instrucciones precisas en cuanto a los preparativos.

San Mateo 26:17-20: “17El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, vinieron los discípulos a Jesús, diciéndole: ¿Dónde quieres que preparemos para que comas la pascua? 18Y él dijo: Id a la ciudad a cierto hombre, y decidle: El Maestro dice: Mi tiempo está cerca; en tu casa celebraré la pascua con mis discípulos. 19Y los discípulos hicieron como Jesús les mandó, y prepararon la pascua. 20Cuando llegó la noche, se sentó a la mesa con los doce.”

El Señor tomó precauciones para que Judas, y por ende los dirigentes judíos, no supieran de antemano dónde comerían, lo cual fue en el Aposento Alto.

El lavamiento de los pies que Jesús hizo a sus discípulos, dio inicio a la celebración de aquella comida pascual, muy cargada en sí de simbolismo religioso. Todo lo anterior lo encontramos en San Juan 13:4-17. Luego Jesús tomó el pan, y lo partió y distribuyó entre sus discípulos diciendo:

1 Corintios 11:24-25: “24y habiendo dado gracias, lo partió, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto en memoria de mí. 25Asimismo tomó también la copa, después de haber cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí.”

Esta versión paulina de las palabras de institución, parecida a la de San Lucas 22:15-20, ha de compararse con la de San Marcos 14:22 etc., la cual San Mateo 26:26-30 ha seguido de cerca.

Frente a la dificultad de fijar la fecha precisa de la institución de la cena del Señor, algunos eruditos han tratado de separar totalmente esta fiesta cristiana de la tradición pascual. Afirman ellos que Jesús murió precisamente a la hora en que solía sacrificarse el cordero pascual.

San Juan 19:14: “Era la preparación de la pascua, y como la hora sexta. Entonces dijo a los judíos: ¡He aquí vuestro Rey!”

San Juan 19:31: “Entonces los judíos, por cuanto era la preparación de la pascua, a fin de que los cuerpos no quedasen en la cruz en el día de reposo (pues aquel día de reposo era de gran solemnidad), rogaron a Pilato que se les quebrasen las piernas, y fuesen quitados de allí.”

Algunos eruditos dicen que por lo dicho anteriormente, no pudo haber celebrado la comida de la Pascua la noche anterior. Sin embargo, datos descubiertos recientemente en “Qumrán”, parecen indicar que hubo discrepancias en los calendarios judíos de aquel entonces, que quizás permitieran armonizar los relatos sinópticos con el juanino.

Sea la fecha 14 o 15 de nisán, indudablemente los pensamientos de Jesucristo al sentarse a la mesa giraban alrededor de la Pascua. Por sus palabras y mediante un simbolismo profético, el Señor comunica a los suyos que el significado original de la Pascua, adquiere una nueva dimensión y cumple la tipología del Antiguo Testamento. Hace del pan y del vino nuevas parábolas de su sacrificio inminente y emblemas de su muerte, que se verificaría por la expiación del pecado humano y la propiciación de la justicia de Dios. Por analogía, Cristo hace así que los suyos se identifiquen con una nueva liberación del “Egipto” del pecado en cada celebración de la Pascua del Señor.

Algunos cristianos, y en particular los católico-romanos, han interpretado literalmente las palabras de institución: “este pan es mi cuerpo…, esta copa es mi sangre.” Otros aseveran que el verbo “ser” tiene aquí el valor exegético de “significa”, como en los siguientes pasajes:

Génesis 41:26: “Las siete vacas hermosas siete años son; y las espigas hermosas son siete años: el sueño es uno mismo.”

Daniel 7:17: “Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se levantarán en la tierra.”

San Lucas 8:11: “Esta es, pues, la parábola: La semilla es la palabra de Dios.”

Gálatas 4:24: “Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.”

Apocalipsis 1:20: “El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.”

Además de las citas anteriores en el arameo hablado por Jesús, el “es” faltaría del todo. De ahí se cree que el Señor hablaba metafóricamente.

En la iglesia primitiva se acostumbraba, antes de la cena del Señor, una comida común que conmemoraba las ocasiones gozosas en que Jesucristo partía el pan con sus discípulos.

San Lucas 24:30: “Y aconteció que estando sentado con ellos a la mesa, tomó el pan y lo bendijo, lo partió, y les dio.”

San Juan 21:9: “Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan.”

San Juan 6:11: “Y tomó Jesús aquellos panes, y habiendo dado gracias, los repartió entre los discípulos, y los discípulos entre los que estaban recostados; asimismo de los peces, cuanto querían.”

Hechos 2:42: “Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones.”

Hechos 2: 46: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,”

Hechos 20:7: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche.”

Parece que en Corinto, estas fiestas o ágapes se convirtieron en ocasiones egoístas para embriaguez y glotonería, que merecieron una severa reprensión de parte de Pablo.

1 Corintios 11:20-21: “20Cuando, pues, os reunís vosotros, esto no es comer la cena del Señor. 21Porque al comer, cada uno se adelanta a tomar su propia cena; y uno tiene hambre, y otro se embriaga.”

El apóstol advirtió del juicio que espera a los que participan de los elementos “indignamente… sin discernir el cuerpo”. En los versículos 1 Corintios 11:27-34, Pablo continúa exhortando a los Corintios a participar de la cena del Señor dignamente.

¡Que el Señor perdone nuestras ofensas!

Pastor Álvaro Rolón

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