Las Actividades Pro Fondos

Las Actividades Pro Fondos

Las Actividades Pro Fondos

 

San Mateo 21:12-13: “Y entró Jesús en el templo de Dios, y echó fuera a todos los que vendían y compraban en el templo, y volcó las mesas de los cambistas, y las sillas de los que vendían palomas; y les dijo: Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada; mas vosotros la habéis hecho cueva de ladrones.”

En muchas ocasiones hemos escuchado a predicadores y laicos referirse a esta escritura. Casi siempre lo hacen criticando alguna actividad que está realizando alguna congregación. Si nos trasladamos a este contexto, notaremos que aquellas personas que estaban negociando en el templo, lo hacían para lucro personal. Ellos aprovechaban que el templo era un lugar muy concurrido y por tanto, ideal para sus negocios. Estos comerciantes sabían los días y las horas en que debían estar en el tempo para lograr el máximo de sus ventas. El versículo 12 del capítulo 21 de San Mateo señala que “Jesús entró al templo y los echó fuera.” Esto significa que el negocio lo hacían dentro del templo y aunque en esta porción de la Palabra no lo dice explícitamente, si estaban dentro del templo negociando, era porque posiblemente tenían permiso de alguien con poder. Esto no lo podemos dudar, porque a través de la historia y en la lectura de la Biblia vemos que siempre ha existido este tipo de ministros inescrupulosos, que se aprovechan de la congregación y de su posición de autoridad. No tienen ningún temor de Dios y sólo sirven a su vientre.

En Éxodo 30:11-16 y en Nehemías 10:32 podemos ver la razón del por qué los cambistas estaban allí en el templo. Los extranjeros que llegaban con dinero griego o romano, tenían que cambiarlo al dinero local para poder pagar por su expiación personal. Esto lo podían hacer fuera del templo, pero posiblemente estos cambistas, haciendo competencias entre ellos, preferían estar dentro del templo. De alguna manera se las arreglaron para hacerlo dentro. Quizás había algunos que no tenían permiso, y estos harían menos negocio.

Esta misma cita bíblica la encontramos en Jeremías 7:11, “¿Es cueva de ladrones delante de vuestros ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He aquí que también yo lo veo, dice Jehová.” Esta cita bíblica nos muestra que el problema de los ministros corruptos no es nada nuevo. Sé que muchos dirán que al escribir este libro estoy creando escándalo en la iglesia, pero esto está en la Biblia y es Palabra de Dios.

Cuando se habla de “cueva de ladrones”, entiendo que el escritor se está refiriendo a negocios para lucro personal.

No creo que ninguna de estas porciones bíblicas se esté refiriendo a actividades sanas, limpias, que se realicen para levantar fondos para algo de la iglesia como tal. Si la iglesia hace una actividad, por ejemplo una comida donde los participantes aportarán un precio justo, creo que es algo saludable, porque además de que las personas no tienen que ir a un lugar público a pagar posiblemente más dinero, también será un tiempo de koinonía cristiana. Estas actividades unen más a la iglesia, y da la oportunidad para compartir con personas que no se conocían. Mientras que en este tipo de actividades y otras similares no se trate de presionar a los hermanos, o molestarles, creo que es algo positivo. Desde luego, estas actividades deben hacerse fuera del templo, como en algún otro salón.

La Palabra dice que “el que sirva al altar, que coma del altar” y “el obrero es digno de su salario.” Entonces, el que ministra por medio del cántico, puede vender sus discos. Este es un ministerio del Señor y no es algo para lucro personal, sino para poder continuar con su ministerio, por lo que no debe ser criticado.

Algunas iglesias tienen su librería, lo cual facilita comprar biblias, libros, música, etc., y ¿qué hay de malo en esto? Lo recaudado no es para ningún ladrón en particular, sino para fondos de la iglesia.

Hay muchas otras actividades diferentes que se realizan con propósitos de recaudar fondos y creo que no están en contra de la voluntad del Señor. Desde luego, hay que cuidarse porque, “son muchos los llamados y pocos los escogidos”, y hay quienes sólo buscan panes y peces. Que el Señor les bendiga a todos. Amén.

Pastor Álvaro Rolón

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