La Salvación Eterna
Tema: “No La Perdieron, Porque Nunca La Tuvieron”
Los que recayeron
“Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron del don celestial, y fueron hechos partícipes del Espíritu Santo, y asimismo gustaron de la buena palabra de Dios y los poderes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios y exponiéndole a vituperio.” Hebreos 6:4-6.
A través de la Biblia encontramos ejemplos de muchas personas que escuchan la Palabra de Dios, les agrada y la creen. Sobre este particular, Santiago nos hace una advertencia. “Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen y tiemblan.” Santiago 2:19.
Estas personas perseveran por algún tiempo que podrían ser años, participando en las diferentes actividades de la congregación. Cantan, danzan, gustan de las manifestaciones del Espíritu Santo, etc. Hay casos en que aún llegan a ministrar sin haber llegado a recibir la salvación eterna. Luego, por alguna razón se apartan. Esa persona tuvo su llamado, una buena oportunidad de recibir la salvación eterna, pero no la recibió. Recayó, es decir, se apartó del camino del Señor. Retornó a su pasada forma de vivir, desacreditando el evangelio y a nuestro Señor Jesucristo. A este tipo de personas es que se refiere Hebreos 6:4-6.
La conducta de estas personas y sus consecuencias están ampliamente representadas y descritas en varias porciones bíblicas.
Parábola de las diez vírgenes
En el caso de la parábola de las diez vírgenes, está claramente explícito, que las cinco insensatas no habían recibido la salvación eterna.
“Después vinieron también las otras vírgenes, diciendo: ¡Señor, señor, ábrenos! Mas él, respondiendo, dijo: De cierto os digo, que no os conozco.” San Mateo 25:11-12.
La parábola del sembrador
En el caso de la parábola del sembrador en San Mateo 13:1-8, tenemos la ventaja de que es el mismo Señor el que nos explica su significado. Este sembrador representa al predicador que lleva el
mensaje del evangelio. Los diferentes terrenos son las diferentes personas que entran en contacto con el mensaje. Encontramos que algunas semillas cayeron en tres tipos de terrenos, en los cuales de una forma u otra desaparecieron. Otras semillas cayeron en un cuarto terreno donde prosperaron y dieron frutos. Luego, en San Mateo 13:19-23, nuestro Señor le explica a los discípulos el significado de los diferentes terrenos. Es muy interesante leer lo que representa cada terreno por su similitud con otras porciones bíblicas. Primero encontramos al que oye la palabra, pero no la entiende. El segundo oye la palabra, la recibe con gozo, pero no tiene raíz y al venir la aflicción o preocupación se aparta. El tercero oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra y se hace infructuosa. Creo que esta tercera persona es la que permanece en la congregación, en ocasiones por largo tiempo, pero no da frutos. Estas tres personas anteriores estuvieron en contacto de una forma u otra con el evangelio, pero no se convirtieron verdaderamente al Señor. La semilla que cayó en elcuarto terreno fue la que oyó, entendió y dio frutos; este es el verdadero cristiano.
La parábola del trigo y la cizaña
Esta parábola nos enseña que debemos tener claro que todo el que asiste a una congregación, no significa que haya recibido la salvación eterna. Aquí se nos advierte sobre no tratar de determinar quién es verdadero creyente y quién no. Hay que esperar al tiempo de la siega, cuando el Señor sea quien decida.
“Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores. Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla; pero recoged el trigo en mi granero.” San Mateo 13:30.
Apartaos de mí, hacedores de maldad
Lo expuesto aquí en San Mateo 7:22-23 está directamente en línea con el tema de, “los que recayeron”, en Hebreos 6:4-6. En San Mateo 7:22-23, la palabra nos presenta el caso de miembros de
una congregación que llegan a ministrar sin haber recibido verdaderamente al Señor. Por esta narración podemos entender que estas personas creían ser verdaderos cristianos y ministros de Dios. Ellos le alegan al mismo Señor sobre todo lo que habían hecho en sus ministerios. Profetizaron, echaron fuera demonios, e hicieron muchos milagros.
“Y entonces les declararé: nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.” San Mateo 7:23.
Este asunto es muy serio. Estas personas habían realizado todas estas actividades sin haber recibido la salvación eterna. Ellos no perdieron la salvación porque nunca la tuvieron. Las cosas que hicieron se debieron no a ellos o a su ministerio, sino a que Dios honra su palabra.
Pablo teme haber trabajado en vano
En la siguiente escritura encontramos a Pablo disgustado con los Gálatas. Pablo expresa su temor de haber trabajado en vano con ellos.
“Mas ahora, conociendo a Dios, o más bien, siendo conocidos por Dios, ¿cómo es que os volvéis de nuevo a los débiles y pobres rudimentos, a los cuales os queréis volver a esclavizar? Guardáis los días, los meses, los tiempos y los años. Me temo de vosotros, que haya trabajado en vano con vosotros.” Gálatas 4:9-11.
En esta porción encontramos que aún Pablo expresa su temor de que personas que se supone sean cristianas, quizás no lo son. Es decir, que puede haber personas en las congregaciones que no son
salvas. En el versículo 9, Pablo les dice: “conociendo a Dios”, pero luego rectifica, “o más bien, siendo conocidos por Dios.” En la oración anterior, Pablo expresa su duda sobre si estas personas verdaderamente han conocido a Dios.
Los cristianos celosos por la Ley
“Ya ves, hermano, cuántos millares de judíos hay que han creído; y todos son celosos por la ley.” Hechos 21:20b.
Tanto en la iglesia primitiva como en la iglesia de hoy, encontramos “cristianos judaizantes”. Al igual que en el pasado, esta personas tratan de mezclar la ley de Moisés con el cristiano. Algunas de estas personas lo hacen por ignorancia, pero otras a sabiendas, lo hacen para sacar provecho. Por ejemplo, estos últimos continúan cobrando los diezmos de la “Ley Mosaica” a la iglesia de Jesucristo. Aún en el libro de los Hechos encontramos que los ancianos de los judíos, especifican las cosas de la Ley de Moisés que los gentiles cristianos tenían que cumplir.
“Pero en cuanto a los gentiles que han creído, nosotros les hemos escrito determinando que no guarden nada de esto; solamente que se abstengan de lo sacrificado a los ídolos, de sangre, de ahogado y de fornicación.” Hechos 21:25.
Aquí en ningún lugar se mencionan los diezmos como algo con lo que los gentiles cristianos tendrían que cumplir.
He señalado esta porción bíblica como otro ejemplo de personas que participan de las actividades de alguna congregación y están en confusión. Falsos maestros los están engañando. Creen ser cristianos, siendo celosos de cumplir con la ley de Moisés. Deseo que el Señor les ilumine.
Mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo (San Mateo 24:13)
En el libro de San Mateo 24, durante el discurso del Monte de los Olivos, los discípulos preguntan a Jesús:
“Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo? San Mateo 24:3b.
De la explicación dada por nuestro Señor a los discípulos, resumiré de la siguiente manera. Esta porción bíblica se refiere a la época de la Gran Tribulación. Nosotros, la iglesia de Jesucristo no estaremos aquí.
“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que
hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.” 1 Tesalonicenses 4:16-17.
Por tanto, esta porción bíblica (San Mateo 24:13) no es para los cristianos, sino para los que hayan quedado en la gran tribulación.
El pecado imperdonable
“Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada.” San Mateo 12:31.
En un tratado preparado anteriormente, he desarrollado este tema con amplitud. Aquí sólo he querido mencionarlo, porque va a tenor con el tema general. Hermanos, durante el ministerio terrenal
de Jesús como hombre, está claramente especificado en la Biblia, que Él era dirigido por el Espíritu Santo. Con el hecho de atribuir las acciones de Jesús a Belcebú, se estaba blasfemando contra el Espíritu Santo. El que no acepte a Jesucristo, ha blasfemado al Espíritu Santo que lo ha revelado. Por tanto, no será perdonado, es decir, que no recibirá la salvación eterna.
La salvación eterna
Hermanos, lamentablemente en la iglesia de Jesucristo hay mucho cristiano verdadero viviendo en agonía. Viven así, temerosos de perder la salvación eterna, debido a las malas interpretaciones de muchos ministros. En esta parte deseo hacer algunos señalamientos concernientes a este asunto. Nunca falta un predicador que señale:
“Porque la paga del pecado es muerte.” Romanos 6:23a.
Estos predicadores generalmente no terminan el versículo.
“Mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23b.
Esta segunda parte es la que nos corresponde a nosotros los cristianos. La primera parte es para los no cristianos. La paga del pecado es muerte, y eso está establecido y nadie lo puede cambiar. Por esto, Jesucristo murió en la cruz del Calvario; Él pagó por nuestros pecados.
Siete veces cae el justo
“Porque siete veces cae el justo, y vuelve a levantarse.” Proverbios 24:16a.
Y ¿quién es justo? Los cristianos somos justos, no por nuestra propia capacidad, sino porque Cristo nos ha justificado.
Abogado tenemos
“Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.” 1 San Juan 2:1.
Hay hermanos que por su gran celo por las cosas del Señor, se molestan con las porciones bíblicas en que se declara abiertamente la gracia de Dios. Creo que algunos piensan que esta gracia está ofreciendo libertad para pecar. Esto no es así y está claramente especificado en la Palabra. “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera.” Romanos 6:14-15.
El cristiano que continúe pecando, pagará las consecuencias del pecado. La Palabra nos señala casos en que el cristiano que continúa pecando y no se arrepiente, el Señor permite que muera antes de tiempo. En el juicio de nuestro Señor, cuando se le pregunte qué hizo con sus talentos, será avergonzado y perderá sus galardones. Nunca perderá la salvación eterna, porque nuestro Señor Jesucristo fue quien pagó el precio.
Resumiendo, deseo recalcar que estas personas que se mencionan en Hebreos 6:4-6 se habían acercado a la salvación, pero no la tuvieron. Perdieron la oportunidad, porque la tuvieron muy cerca,
pero se descuidaron.