Versículos Mal Interpretados
Ocupaos en vuestra salvación
Filipenses 2:12b: “Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.”
Generalmente tomamos un versículo o parte de un versículo, como en este caso, y comenzamos a predicar sobre dicha porción bíblica sin tener en cuenta su contexto. Cuando tomamos una porción bíblica así, casi siempre lo que llevamos a los oyentes es confusión. No creo que esto se esté haciendo con algún mal propósito premeditado, pero premeditado o no, causará el mismo daño. Pienso que sí tendremos que responder al Señor por la culpa de haber sido perezosos e irresponsables al llevar un mensaje equivocado. Debemos ser más cuidadosos y dedicarnos a escudriñar la Palabra de Dios, especialmente si queremos predicar el evangelio.
El pasaje bíblico del cual deseo expresarme, se encuentra en Filipenses 2:12b. Este es otro de los pasajes que entiendo se usa y se cita inapropiadamente. Digo esto porque un cuidadoso estudio de este pasaje, nos revela que el apóstol Pablo, el escritor, está pidiendo a los Filipenses que testifiquen sobre la salvación, especialmente con sus testimonios personales.
Se cree que esta epístola fue escrita por Pablo, mientras estaba preso. Por eso es que dice:
Filipenses 2:12: “Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia; ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor.”
Luego Pablo continúa en el versículo 14, señalándoles cómo deben de conducirse sin murmuraciones ni contiendas. En el versículo 15 les dice que la conducta que les pide que practiquen, le permitirán ser irreprensibles, sencillos y sin manchas. Esta conducta servirá para dar testimonio a la generación maligna y perversa en medio de la cual se encuentran. Pablo les exhorta a resplandecer como luminares en el mundo.
“Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor”, en conjunto con su contexto en el Capítulo 2 completo, podemos ver que aquí Pablo no se está refiriendo a cuidarnos de perder nuestra “Salvación Eterna”. El mensaje que recibo aquí es sobre nuestra responsabilidad de cuidar nuestro testimonio, especialmente ante los no creyentes. También podemos entender que Pablo quiere que el mensaje del evangelio sea proclamado a los no creyentes, pero para que esto sea posible, pide que nos ocupemos en nuestra salvación terrenal (que se ejercite, ponerlo en acción), es decir, en nuestra forma de vida. Se subrayan la palabra ocupemos y la preposición en cada vez que se mencionan, porque ellas arrojan mucha luz sobre la interpretación y aplicación de este versículo.
Ocupémonos en nuestra salvación, exige o reclama que se exteriorice esa “Salvación Eterna” que está en nuestro interior, y que procuremos dar los mayores y mejores frutos posibles. Entiendo que no debemos guardar y disfrutar esa “Salvación Eterna” sin compartirla con otros. Debemos procurar ejercitar o poner en acción esa salvación, con temor y temblor, porque en el juicio tendremos que dar cuenta de lo que hicimos con nuestra salvación. Ocupaos en vuestra salvación, es sentir la responsabilidad, es llevar el mensaje del evangelio al que no lo conoce. Si recibimos la “Salvación Eterna” y luego no nos ocupamos en dar frutos, otro se llevará nuestra corona o galardones, y seremos avergonzados ante el Señor por nuestra falta de responsabilidad.
La “Salvación Eterna” no la perderemos, pero en el juicio para galardones seremos avergonzados. Si has aceptado a nuestro Señor Jesucristo como tu único y exclusivo Salvador, debes ocuparte en esa salvación que has recibido por “Gracia”. Debes procurar dar los mejores frutos posibles.
Escuchad con diligencia
Hebreos 2:3a: “¿Cómo escaparemos nosotros si descuidamos una salvación tan grande?”
Esta es otra de las porciones bíblicas que más reto ha presentado a los que creemos en la “Salvación Eterna” por Gracia. Como he señalado en otras partes de este libro, cuando hacemos exégesis de un versículo bíblico, debemos hacerlo percatándonos de que sea el propio versículo el que nos dé el verdadero mensaje que contiene. Esto lo podemos lograr estudiando el versículo en su plenitud. ¿Quién, inspirado por el Espíritu Santo, expresó lo dicho en el versículo?, ¿por qué?, ¿cuándo?, ¿a quién fue dirigido? ¿para qué?, ¿dónde?, etc. Son muchas las preguntas que debemos contestarnos antes de llegar a alguna conclusión.
Aunque ha existido cierta controversia sobre el autor de esta carta a los Hebreos, por algunas razones se cree que fue el apóstol Pablo. Esta carta fue dirigida a los judíos que habían aceptado el cristianismo. Aquí podemos percibir la preocupación del escritor sobre si estos judíos habían entendido el verdadero mensaje del evangelio o no. El escritor quiere asegurarse de que estos judíos hayan aceptado el verdadero evangelio de nuestro Señor Jesucristo. En la época en que se escribe este libro, para muchos judíos era un tiempo de transición del judaísmo al cristianismo. Pablo vigilaba constantemente la presencia de los judaizantes para detenerlos, aclararles y predicarles el verdadero cristianismo. El escritor temía que estos judíos no poseyeran la verdadera fe en Jesucristo.
El escritor exhorta a estos judíos que se han acercado al cristianismo y que creen haber aceptado al cristianismo y a Jesucristo como su Salvador, para que se aseguren de haber entendido claramente el mensaje que han recibido.
Hebreos 1:1b: “No sea que nos deslicemos”.
No sea que si no han entendido el verdadero mensaje, no han aceptado a Jesucristo en realidad y por tanto, no tendrán ninguna base firme sobre el cristianismo, y no lograrán recibir la “Salvación Eterna”.
El escritor continúa advirtiendo a estos judíos, que si no prestan cuidadosa atención al mensaje del evangelio que están oyendo, recibirán la justa retribución, o sea que pagarán las consecuencias por no darle la importancia que merece la Palabra de Dios.
Hebreos 2:3b-4: “Esta gran salvación, la cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, testificando Dios juntamente con ellos, con señales y prodigios y diversos milagros y repartimientos del Espíritu Santo según su voluntad.”
La consecuencia que se tendrá que pagar o la retribución, será no llegar a tener la “Salvación Eterna” que se recibe por “Gracia”, por aceptar a Jesucristo como único y exclusivo Salvador, lo que implica la aceptación del verdadero evangelio.
El “descuido de la salvación” que se menciona en Hebreos 2:3ª, se refiere a oír la Palabra de Dios y no prestar verdadera atención al mensaje que contiene. No recibir el verdadero mensaje, luego de estar expuesto a la Palabra, nos lleva a recibir la retribución justa y merecida por el descuido o la falta de atención al mensaje de salvación de parte de Dios a través de Jesucristo y su evangelio.
En Hebreos 2:3b, el escritor señala la autenticidad del origen de este mensaje y de su proclamación. Con todo esto, el escritor elimina cualquier excusa posible para no creer en el mensaje de salvación.
Concluyendo, cuando el autor de esta carta habla de “descuidar la salvación”, no se refiere a algo que ya tenemos, sino a algo que se nos está ofreciendo en bandeja de plata y si no somos diligentes, perderemos la oportunidad de alcanzarlo.
Hermanos, vuelvo a repetir, la Palabra de Dios no se contradice, se sustenta. Si Dios nos ofreció una salvación por “Gracia” y no por obras, no la perderemos por ninguna razón o motivo.
El mensaje contenido en esta parte de la Palabra, se aplica a todos nosotros hoy día. En el tiempo presente, con los medios de comunicación, transportación y toda la tecnología moderna, nos será muy difícil justificarnos a nosotros mismos ante Dios, por no haber aceptado a Jesucristo y su evangelio. La palabra expresada aquí nos apremia a prestar más atención al mensaje de salvación. Aquellos judíos tuvieron la oportunidad de estar presentes en aquellos días y por tanto, en esta escritura vemos que se les exige recibir el evangelio por lo que estaban viendo, oyendo y viviendo. De igual manera, a nosotros se nos exige prestar cuidadosa atención al mensaje del evangelio. No estamos en aquellos tiempos, pero tenemos la Biblia, la Palabra de Dios. El Espíritu Santo está presente y si prestamos atención, Él nos guiará a toda verdad.
Hermano que estás apartado de los caminos del Señor, te exhorto a que te examines para ver si entendiste el verdadero mensaje del evangelio. Examínate también para que verifiques si verdaderamente aceptaste a nuestro Señor Jesucristo como tu único y exclusivo Salvador. Si sientes que en realidad nunca le has aceptado, te exhorto a que lo hagas. Si crees que le aceptaste y por alguna razón estás apartado, estás sufriendo de la pérdida de la “Salvación Terrenal”. Estás pagando las consecuencias de tu infidelidad y debes retornar al Señor, pues Él no te rechazará. En el nombre de Jesucristo, te perdonará y restaurará.
Amigo que no has aceptado a nuestro Señor Jesucristo, posiblemente ha sido mucho lo que has escuchado sobre el evangelio. Si no aceptas verdaderamente y de corazón al Señor, esta escritura te está advirtiendo sobre tu destino final y eterno. Presta atención a la Palabra de Dios. En ella encontrarás “la salvación” y la “vida eterna”. Que Dios nos continúe iluminando, dándonos sabiduría y entendimiento para recibir el verdadero mensaje de su Palabra. Amén.
Pastor Álvaro Rolón